Sin argumentos para cerrar la Farmacia Avellán, todo fue una obra represiva.







Respecto al cierre de la Farmacia Avellán.



Han sido aproximadamente cinco años los que lleva la Señora Salua Avellán con su farmacia ubicada estratégicamente frente al hospital de Moyogalpa. No fue la primera en existir ni la que lleva más tiempo abierta. De hecho, hace unos veinte años ella tuvo también una pequeña venta de medicinas pero por razones que desconozco cerró y no supe de ella hasta mucho tiempo después. Pido mis disculpas por no saber exactamente el tiempo que ha estado y que estuvo previamente. Pero los adultos que hemos vivido tantos años en esta Isla donde todos nos conocemos sabemos como han surgido los negocios limpiamente. 

Al igual que antes, que atendía el Pediatra Salgado en sus instalaciones, en la reciente Farmacia Avellán han brindado consultas con relativa frecuencia algunos especialistas que le han facilitado al isleño llevar el control de su salud. A como sus hijos y ella misma manifestaron en las redes sociales "entregada a su trabajo" y "para servir a la comunidad" así mismo lo respaldan docenas de personas que se solidarizaron con este negocio cuando se hizo del dominio público su suspensión. 

La familia Rodríguez Avellán ha agradecido públicamente el afecto y solidaridad de la comunidad. Un ciudadano de 70 años a quien llamaremos "Don Segundo" nos expresó su descontento el día que supo la acción arbitraria que los del SILAIS Rivas hicieron con este negocio. "Yo recuerdo a Salua desde jovencita interesada en los asuntos de farmacia y medicina y desde que abrió hace algunos años ella además de vender medicamentos está siempre pendiente de las necesidades de quién la busca. Si no tiene el medicamento ella te avisa cuando lo trae, si le pedís que te inyecte o te tome la presión también lo hace sin cobrarte nada. Incluso la he visto pasar a media noche para abrirle a los pacientes de emergencia del hospital porque en este mismo (hospital) nunca hay medicamentos" expresó don Segundo. 

En las entrevistas publicadas por los diarios La Prensa y El Nuevo Diario, Avellán declaró que apelaría a las autoridades necesarias su reapertura, pues le parecía (y a toda la población también) contradictorio que hayan cerrado definitivamente su negocio por "poner en riesgo la salud de la comunidad" al no abrir un día específico. Entonces ¿Cómo suponen garantizar la salud de esta (comunidad) cerrando indefinidamente? Más allá de la indignación del poblado Moyogalpino, Isleño y nacional (porque el caso fue noticia en todo el país), llama la atención el lapso ocurrido entre el cierre "definitivo" firmado por Arlen Estrada Castro, como representante del Silais Rivas, entregado el día 28 de Mayo, a la fecha 10 de Junio que de manera informal según expresó Giovani Rodríguez, hijo de la propietaria en las redes sociales, que a través de una llamada y con promesa de que entregarán en días próximos el documento que oficialice la revocación de la medida. 

Exactamente 13 días, lo que ha puesto a la población a especular y perder el miedo. Una ciudadana a la que llamaremos "Laura" y que laboró por un corto tiempo en una de las instituciones públicas del municipio considera que dicha medida fue llevada a cabo para "meter en miedo a la población y que no vuelvan a manifestarse". "Aunque las medicinas que el hospital les aplique tengan que comprarlas los mismos ciudadanos, el personal que labora para el MINSA es quien se adjudica cada vida salvada y acción realizada, incluso son tan ciegos que se la ceden al "comandante" y la "compañera" como si fueran este par omnipresentes que curan con su infinita misericordia, desvalorizando así su trabajo y "vocación" misma. Entonces, no habrían medicinas disponibles, hay vidas en riesgos. 

Nadie quiere gente enferma ni por propaganda, ni por el poco humanismo que les quede o por sentido común. Tampoco estarían las farmacias o demás negocios cerrados obligados a pagar impuestos municipales o generales (DGI) y como resultado menos presupuesto para seguirnos reprimiendo, por eso es que está más que claro que esta decisión de cerrar fue sólo para asustarnos, no se trata de una tienda de zapatos ni un bar, si no de un negocio que quieran aceptar o no les echa la mano siempre para cumplir con el deber que es solo del ministerio y gobierno mantener el orden y garantizar la salud en los ciudadanos"expresó Laura. 

"Es indignante como un grupo de designados por afinidad política carente de criterio, profesión, carrera, oficio, valores y dignidad misma puedan decidir o influir paraperjudicar a personas que sí se han ganado el pan de cada día con su esfuerzo y han trabajado por años para salir adelante y servir a la comunidad. ¿A quién le enorgullece recibir un salario por pasar listas de pobladores indignados en redes sociales expresando su opinión con elderecho que tenemos? O tomar fotos a los negocios privados que por decisiones internasprefieren no abrir. ¿Acaso se va a la escuela o Universidad para aprender a hacerlo? Más allá demolestarme, sólo pienso en el mañana. Si esta gente no sabe hacer nada más, no imagino que harán después".

Para Ometepe Noticias, María Teresa Rivas.

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