¿Corre peligro la vida de Daniel Ortega?
Daniel Ortega, dictador de Nicaragua. |
Definitivamente, así lo valoramos. Las señales que el mismo da, apuntan hacia esa dirección. Su cobardía y paranoia no son nuevos, de eso estamos totalmente claros, sin embargo, los ha llevado a su máximo en los últimos meses.
¿OPERATIVO AZUL Y BLANCO?
Lo descartamos casi por completo. No hay tradición en la oposición de montar esos operativos. Ni siquiera cuando la Contra se desarmó ni cuando el sandinismo eliminó uno a uno a los cuadros más peligrosos de la Resistencia, y vaya que si hubo muchas oportunidades y con éxito de intentar esos magnicidios. Hagan memoria, no hay ni siquiera denuncias de atentados de parte de los sandinistas. El último que recordamos fue en 1980, basados en la declaración de una persona, acusaron a Bernardino Larios, quien fue arrestado y liberado en 1984, por un fallo de la Corte Suprema de Justicia que anuló el juicio.
¿ENTONCES?
Percibimos que las fracturas dentro del sandinismo son mucho más violentas que lo que creemos. Lo que terminó de encender nuestras alarmas fue la afirmación ayer del fanático danielista Carlos Salgado en su programa en Radio 580, que “muchos compañeros se le acercaron para expresarle su descontento con las decisiones del Comandante” Eso no es nada normal en las filas rojinegras. Primero, porque todos pensamos que, aparte de los obligados, la obediencia y fanatismo es ciego. Críticas al “intocable” comandante? ; y que además un fanático danielista lo confiese sin pudor en su programa.
Atando cabos, hemos visto la paranoia del “comandante”. En lugares cerrados, donde solo tienen acceso los más reconocidos sapos, donde el control es total, pero el señor llega brevemente, no los saluda personalmente, se mantiene alejado, usa su chaleco antibalas, fugazmente habla lo que va a decir y se va. En el simulacro de Repliegue el sábado, La Prensa lo notó incómodo, fuera de lugar.
“El comandante ya no es el mismo”, nos dijo un viejo militante hace meses. Ustedes mismos pueden comprobar que aquello que se leía en redes al inicio de la crisis como: “el comandante sabe lo que hace”, “el comandante es sabio y tomará la mejor decisión”, ya no se lee desde hace meses. Es bastante obvio que para muchos sandinistas, acostumbrados a matar y ver matar, fanáticos del marxismo leninismo, enemigos de la democracia y la tolerancia, la respuesta a la crisis resultó ser tardía e insuficiente. Si, esa respuesta bestial y sangrienta, para ellos no lo fue así. Hay mucho malestar porque la crisis sigue. Su comandante les trajo las organizaciones de derechos humanos extranjeras que han denunciado los desmanes de la dictadura, y lo último, cayó como sal en la herida la excarcelación de los más conocidos presos políticos.
¿DESDE DENTRO?
Hay dos alternativas. Un lobo solitario o algo calculado. Sobra un fanático resentido y enojado, que además de estar enojado por la gestión, sienta ira por la falta de respuesta y la estigmatización como paramilitar. Sobrará alguno. El señor Ortega conoce a su gente y de lo que es capaz.
¿ALGO CALCULADO?
Siempre que ocurre un crimen, la primera pregunta que se hace el investigador es. “a quién beneficia el hecho?” En este caso, la gran ganadora sería doña Rosario y sus protegidos. Ella asumiría automáticamente la presidencia del país, su gran sueño; Gustavo Porras asumiría la Vice Presidencia, no sin antes dejar a alguien títere en la Asamblea.
El hecho entonces, no ocurriría ni en broma en El Carmen. Cualquier cosa que ocurra allí, la señora sería la principal sospechosa. No funcionaría el cuento de un suicidio tampoco. Para el cálculo político, lo ideal es que el magnicidio sea en una tarima. Se prepara el escenario con un chivo expiatorio (inventando relación con la oposición, claro está), entonces el “comandante” queda como héroe, pero muerto. Se justifica toda represión posterior, se golpea presentando a la oposición como asesina y terrorista, se legitima la sucesión, nada mejor que en doña Rosario, y se llama a la unidad sandinista a su alrededor. Suena bien, no?
Mucha ficción? Los comunistas son capaces de todo. Muchos están engañados todavía que Fidel Castro fue el único caudillo en la revolución cubana. Misteriosamente, junto a su hermano Raúl fueron los más sobresalientes que sobrevivieron, y créanlo, no fue por milagro alguno. Cienfuegos, muy carismático murió en un “accidente de aviación” (un día de estos les contamos los entretelones). Al Che lo mandó a Angola, le hizo firmar la carta de renuncia que obligaba a firmar a todo el que iba de invasor (por si lo mataban o capturaban, sacarla y decir, este señor nada tiene que ver con la revolución). Sucede que el barbudo, leyó la carta en cadena nacional, expulsando al Che prácticamente de Cuba. Entonces lo engancha que se vaya a Bolivia y lo abandona a su suerte. Allí quedó Fidel como el único dirigente y listo para morir en el poder. El caso de Carlos Fonseca es otro, que fue enviado prácticamente a las manos de la Guardia de Somoza. Que fue del Che y Fonseca muertos? Los grandes héroes, los grandes modelos revolucionarios. Esos operativos son tan comunes dentro de los comunistas. Matar y hacerlos héroes. Se han hecho comunes los casos de paramilitares o policías asesinados por ellos pero presentados como héroes para moralizar a sus huestes y tratar de confundir ingenuos. Todas esas maniobras ya las conocemos.
CONCLUSIÓN
Si creemos que el dictador Ortega corre peligro. Su terror aun frente a sus militantes nos lo hace concluir. Es un psicópata paranoico y cobarde, es cierto, pero también tiene un equipo de inteligencia y contrainteligencia militar que lo tienen al tanto del descontento y la peligrosidad de elementos de sus huestes que no están felices con él. Ellos se esfuerzan en aparentar unidad monolítica, pero se le abren grietas. Puede ser que se esté convirtiendo en un lastre, tanto para los moderados porque quebró la viabilidad del partido y de los extremistas cabeza caliente que lo ven como un blandengue.
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